jueves, 31 de mayo de 2007

Los habitantes de la Europa cara

Durante el siglo XV, la población de la Europa cara que intervino en el proceso de expansión, se concentraba en ciudades muy populosas, como Venecia y Génova, y en los Estados de Portugal y España. La abrumadora mayoría de la gente vivía en zonas rurales, dedicada a la agricultura, y se agrupaba en aldeas que no superaban los mil habitantes. Pocos de éstos campesinos abandonaron sus poblados para integrarse a las tripulaciones de los barcos mercantes o de los viajes ultramarinos que se iniciaron en el siglo XV. Por el contrario, las travesías de los barcos italianos, portugueses y españoles apenas involucrarían a un puñado de 150.000 personas en esta misma época.
Venecia, el centro urbano más importante de la Europa cara.


Una imprenta que ilustra el trabajo de los tipógrafos, en cuyo oficio se combina el saber y el oficio manual.

¿Quiénes eran estos hombres? Básicamente nobles aventureros, burgueses, mercaderes y prestamistas, artesanos y villanos que vivían en ciudades costeras como Sevilla, Lisboa, Barcelona, Génova y Venecia en medio de la bullante actividad que suele caracterizar a los puertos. Este medio, donde circulaban constantemente rumores de lejanas tierras, mares ignotos, riquezas fabulosas y personajes misteriosos, fue el caldo de cultivo de una generación de hombres poseedores de una mentalidad viajera y emprendedora. Unos soñaban con dejar gloria y fama tras de sí; otros con acumular más y más riquezas; y los últimos con salir de la pobreza y lograr una mejor condición social.
Las carabelas que adquirieron su forma definitiva a lo largo del siglo XV, eran unos barcos robustos que hicieron posible en forma segura la navegación de altura.

En este ambiente se formaron y crecieron muchos de los hombres que desempeñarían un activo papel en la expansión europea. Entre los precursores, el príncipe de Portugal Enrique El Navegante operó desde Lisboa y el marino Albice de Cadamosto era de Venecia. De los más célebres protagonistas de los viajes ultramarinos, Cristóbal Colón provenía de Génova, Américo Vespucio de Florencia y los hermanos Pinzón del sur de España.
Un cartógrafo con el compás en la mano trabaja entre mapas, globos y otros instrumentos.

Los sueños y ambiciones de esta generación se materializarían, debido a las condiciones que en el siglo XV sólo la Europa cara podía ofrecer. El patrocinio de las cortes, el dinero de los prestamistas, la sabiduría de cartógrafos y navegantes y el arrojo de quienes tripulaban las naves, se combinaron para hacer realidad el hallazgo de nuevas rutas marinas que conducirían a territorios hasta entonces desconocidos para la vieja Europa.

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